Un poco de historia: La impresión tipográfica

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La impresión tipográfica se inventó en torno al 1450 por Johannes Gutenberg y hasta la llegada del offset a las artes gráficas ha sido la manera de imprimir, eso sí, con la evolución lógica a lo largo del tiempo de la maquinaria y por lo tanto de la calidad y productividad. Los impresores de tipografía han sido auténticos artistas puesto que conseguir una impresión de calidad con las herramientas de las que disponían era bastante más difícil que en la actualidad.

Vamos a intentar explicaros algunas peculiaridades sobre el arte de la impresión tipográfica ya que es un gran desconocido para las nuevas generaciones y pensamos que nunca está de más saber por donde hemos pasado en las artes gráficas a lo largo del tiempo.

LAS TIPOGRAFÍAS (Llamado “tipo”) POR LOS IMPRESORES

Las tipografías (tipos) de plomo son representaciones tridimensionales invertidas de izquierda a derecha de las letras del alfabeto, números y otros signos lingüísticos, todos ellos grabados al final de una pieza de plomo con un grosor que determina el carácter que lleva grabado en la parte final de dicha pieza. El “cuerpo” es el que determina el tamaño de la tipografía. La altura es común a todas ellas (2 cm).

Historia impresión tipográfica

Como dato curioso os diremos que la “m” suele ser la letra más ancha.

Cada tamaño de tipografía viene acompañado de otras piezas más bajas llamadas “espacios” (lo que hoy llamamos espacio entre caracteres) que son las que se van a colocar entre palabras. Son más bajas y no tienen ningún carácter al final para que cuando se entinta el molde no cojan tinta y en la impresión final solo aparezca el texto a imprimir.

Todas estas piezas tienen una mueca (crann) para que a la vista y al tacto sepamos si están colocadas en su posición correcta.

Cada tamaño de cada tipografía se guardaba en un cajón tipográfico donde estaban todos los caracteres de dicha tipografía y tamaño, más los múltiples “espacios” de dicho tamaño.

Como podéis imaginar, lo normal era disponer de las tipografías más habituales en los tamaños más usados ya que el espacio que ocupaban y el coste de cada tipografía eran muy altos. Además al ser de plomo tenían desgaste por la presión que se necesita para imprimir por lo que había que reponer tipo con cierta asiduidad.

Imaginaos que ahora solo dispusierais de 5, 6, 7 o 10 tipos de letra y otros tantos tamaños de cada uno de ellos para hacer vuestros diseños, sin posibilidad de estirarlos, girarlos, invertirlos, etc….. Inimaginable en estos tiempos ¿verdad?

Historia impresión tipográfica

Cajón tipográfico

Las personas que se dedicaban a componer los moldes se llamaban “cajistas” y era increíble ver la velocidad a la que iban cogiendo los caracteres de la caja para componer cada línea del molde, para luego y a mayor velocidad todavía , volver a dejar cada pieza en su sitio de nuevo ya que al disponer de un número limitado de caracteres, había que deshacer el molde una vez hecha la impresión.

LA COMPOSICIÓN DEL MOLDE

La medida para la impresión tipográfica era el “punto”, formando 12 puntos 1 cícero.

Aparte de los caracteres y espacios que componían cada línea, también se disponían de las llamadas “líneas”, que eran las piezas necesarias para imprimir los recuadros o líneas. Éstas a diferencia de los caracteres (tipo) eran de cobre. Las había de diferentes estilos, de 2 puntos (descanterada), de 4 puntos (negras), puntillé, etc.

Para componer cada línea de texto se utilizaba un “componedor” que es donde se iba formando la línea a imprimir, con caracteres y espacios, la cual se justificaba a una medida determinada de cíceros dependiendo de lo que había que imprimir, debiendo componer todas las demás líneas del molde a la misma medida.

Historia impresión tipográfica

Para los espacios entre líneas (lo que hoy llamamos interlineado) se usaban los “lingotes”, que eran unas piezas de plomo con una medida de cíceros de larga (solo había lingotes de cíceros exactos) y 2, 3, 6 o 12 puntos (1 cícero) de grosor. Los lingotes iban hasta 1 cícero de grosor pero después estaban las “imposiciones”, que eran más gruesas y de cíceros exactos (2, 3, 4 y 6 las más comunes).

Historia impresión tipográfica
Fotografía de lingotes e imposiciones.

Una vez se tenía compuesto el molde al completo, se colocaba en la “rama” de la máquina sujeto por unas “cuñas” que son las que prensaban dicho molde para que no se cayese ninguna pieza al manipular la rama e imprimir.

La rama era la pieza que posteriormente se encajaba en la máquina para que los rodillos entintasen el molde. Cada máquina tenía su rama que es lo que determinaba el tamaño máximo de impresión.

Historia impresión tipográfica

Una vez hecho esto, la rama se colocaba en la máquina y ya estaba listo para imprimir.

Os dejo una fotografía y un enlace a un vídeo de una de las máquinas míticas de impresión tipográfica, la Heidelberg de aspas.

Historia impresión tipográfica

Vídeo Heidelberg Aspas

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